martes, 1 de marzo de 2011

La modalidad argumentativa (en un ensayo) I

Chesterton dijo hace muchos años que el humor sería la religión del futuro y todo hace pensar que el futuro ha llegado. Lipovetsky ha indicado que la sociedad actual está empapada por el humor fun, que no tiene ni la zafiedad del realismo grotesco de la Edad Media, ni la agresividad de la sátira clásica. Una consigna tácita nos ordena no tomar nada en serio, ni siquiera a nosotros mismos […]. El humor, como señaló Freud, nos pone a salvo de lo terrible y bajo su influjo refrigerador los afectos rebajan su temperatura. Nos impone un empequeñecimiento cordial, que incluye tanto la depreciación ajena como la propia, que aceptamos con gusto, porque los grandes valores se han convertido en amenazas. Hemos descubierto las ventajas de la anestesia afectiva, todos somos divertidos, la publicidad adopta un tono humorístico, las costumbres son desenfadadas, las modas ingeniosas. Nada se libra de la atracción de la levedad, que hace que la pedagogía se sueñe a sí misma como actividad lúdica y que los libros científicos traten de suavizar su aridez con un humor bien dosificado.

José Antonio Marina, Elogio y refutación del ingenio, Barcelona, Anagrama, 1993

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