lunes, 7 de febrero de 2011

Don Antonio Machado tenía dos complementarios: Juan de Mairena y Abel Martín. Ya conocéis este texto, por lo que supongo que ninguno de vosotros se preguntará qué hace en nuestro blog... ¿O sí? Abiertos quedan los comentarios...



«Pláceme poneros un poco en guardia contra mí mismo. De buena fe os digo cuanto me parece que puede ser más fecundo en vuestras almas, juzgando por aquello que, a mi parecer, fue más fecundo en la mía. Pero ésta es una norma expuesta a múltiples yerros. Si la empleo es por no haber encontrado otra mejor. Yo os pido un poco de amistad y ese mínimo de respeto que hace posible la convivencia entre personas durante algunas horas. Pero no me toméis demasiado en serio. Pensad que no siempre estoy yo seguro de lo que os digo, y que, aunque pretenda educaros, no creo que mi educación esté mucho más avanzada que la vuestra. No es fácil que pueda yo enseñaros a hablar, ni a escribir, ni a pensar correctamente, porque yo soy la incorrección misma, un alma siempre en borrador, llena de tachones, de vacilaciones y de arrepentimientos. Llevo conmigo un diablo, no el demonio de Sócrates, sino un diablejo que me tacha a veces lo que escribo, para escribir encima lo contrario de lo tachado; que a veces habla por mí y otras yo por él, cuando no hablamos los dos a la par, para decir en coro cosas distintas. ¡Un verdadero lío! Para los tiempos que vienen, no soy yo el maestro que debéis elegir, porque de mí sólo aprenderéis lo que tal vez os convenga ignorar toda la vida: a desconfiar de vosotros mismos»

Don Antonio Machado, Juan de Mairena (yo lo he copiado de Antología comentada. II. Prosa, edición de Francisco Caudet, Madrid, Ediciones de la Torre, 1999)

Machado en Rocafort (Valencia) en 1938, pocos meses antes de partir hacia el exilio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario